miércoles, 24 de marzo de 2010

30.000 desaparecidos, 30.000 motivos para gritar NUNCA MAS!




Reflexionar, volvernos sobre nosotros mismos para re-pensar, para sentir de nuevo…

Qué podemos pensar hoy, después de 34 años, los que vieron la época trágica y los que aún no habían nacido todavía. Tal vez podrán pensar y sentir que es exagerado, que no puede haber sido posible tamaño horror.

Pero sí, esas botas pisaban cabezas plenas de sueños, vientres henchidos de vida, existieron y, lo que es peor, existen. Están ahí, esperando, vuelven y siguen intentando…

Y por ello la responsabilidad de las organizaciones políticas es muy grande HOY. Somos los herederos de la Democracia nada menos…De aquellas juventudes que reclamaban: heroísmo, autenticidad, conocimientos y compromiso social. Somos herederos de  aquella juventud irreverente, de sueños y de batallas. Pero también herederos de aquellas juventudes políticas de los 70, que supieron construir puentes entre marxistas y cristianos, entre obreros y estudiantes, entre causas y acciones, entre ideales y realidades. Esas juventudes que cantaban “para el pueblo lo que es del pueblo, por que el pueblo se lo ganó, para el pueblo lo que es del pueblo, para el pueblo LIBERACION”.

LIBERACION, palabra mágica que empezaba a enmarcarse de verdad; y los jóvenes, que según Violeta Parra son “la levadura, del pan que sale del horno con toda su sabrosura” fueron el soplo vital que daban vida esa palabra mágica, en nuevo destino que recuperaba las banderas de Juan Chelemín, de José de San Martín, de Martín Güemes, de Fray Mamerto Esquiu, de José Artigas, José Martí, Hipólito Irigoyen y Arturo Illia.

¿Qué ha pasado con esas juventudes? ¿El Temor las aplastó? El temor que hizo “desaparecer” a 30.000 de ellos, que se apropió de sus hijos, que los califico de “delincuentes subversivos”, ¿acabo completamente con sus altos ideales?

NO. Porque si, como los jóvenes militantes, vuelven su mirada a la historia de luchas y sueños del pueblo argentino (o latinoamericano, o quizás de la humanidad entera) y beben en esas fuentes, no para copiar, repetir o mimetizarse, sino para crear, para inventar un presente nuevo y mejor. El temor no hizo mella en sus cantos, no derribo sus altos ideales, no destruyo sus batallas, no quebró su alma.

No. Mientras seamos capaces de crear algo nuevo, si nos animamos a desprendernos de las telas arañas que tejen los gobiernos centralistas, detentando en contra del federalismo que representan cada uno de nosotros, los empresarios ambiciosos, los financistas especuladores, para atreverse a desafiar las injusticias, la censura y demagogia, las miserias y las mezquindades, y la mentira.

La tiranía militar creyó ser exitosa por que arrasó con toda una generación de dirigentes políticos, gremiales, estudiantiles, religiosos… los hombres de los falcon verde pensaron que los cuerpos que hacían desaparecer no volverían para testificar acerca de sus crímenes  y que sus espíritus generosos y valientes no anidarían en sus vástagos… Creyeron, pero no fue así. NUNCA LO ES.

Así como el fantasma ensangrentado del Chacho persiguió a sus asesinos y siguió convocando a las huestes gauchas de los llanos riojanos que pelearon junto a Felipe Varela. Así, poco a poco, dolorosamente, este pueblo argentino volverá por sus conquistas sociales avasalladas, ayer por la dictadura militar y hoy por un matrimonio K que te amaga con la izquierda y  te pega con la derecha y rescatará los auténticos valores: la Igualdad, la Libertad, la Justicia. Es por ello que tendremos que pelear otra guerra, pero esta vez con otras armas, las armas de la democracia: LA PALABRA, LA PARTICIPACION POLÍTICA, EL SUFRAGIO, LA VERDAD, LA SOLIDARIDAD, LA ETICA., EL CONSENSO, EL FEDERALISMO.LA EQUIDAD,

No más violencia discursiva, ni irracionalidad, no más intolerancia, nunca más. Tenemos palabras para llenarnos de sabiduría y manos jóvenes para legarles sueños y esperanzas para el futuro.

 

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